martes, 7 de marzo de 2017

AFINANDO LA CUERDA






El yin y el yang. Este es el recurrente tema al que se acude y del que se dice que si no se entiende de qué va pues que no se entiende realmente nada. Femenino o masculino, blanco o negro, vacío o lleno, etc, etc. Aquí siempre lo polarizamos porque así lo vivimos ya desde pequeños; parece que los tonos intermedios no existen. Y precisamente lo que viene a decirnos el yin y el yang es que nada es absoluto, que uno genera al otro y están en continua vibración entre sí: a eso se le llama VIDA.
La parte yin (la femenina) precisa de la chispa del yang (la masculina) para ponerse en marcha; la parte yang sin la posterior acción de yin se estanca. Lo explicaré con una metáfora. Imaginemos que la cuerda de una guitarra es yin y la púa que debe afinarla es yang. Mientras la púa no realice su afinado la cuerda no puede ser tocada. La chispa de la púa inicia el afinado de la cuerda, ésta suena indicando el camino correcto de afinado hasta que por fin queda afinada. Si la púa no actúa la cuerda no se afina; si la cuerda no suena es imposible saber si está afinada.
El proceso es mucho más complejo por supuesto y continúa. Una cuerda afinada no cumple su función si no es tocada. El tocarla implica que se acabará desafinando y habrá que volver a afinarla. No es la púa quien decide cuando afinar a la cuerda, es ésta la que con su sonido indica cuando debe hacerse.
En el plano humano, la parte yin (la mujer) tiene un ciclo evidente muy conectado con los ciclos de la tierra; y es así durante toda su vida y en todos los momentos. La parte yang (el hombre) también los tiene pero para ser adaptados a los ciclos de yin. Entender eso y aplicarlo es alcanzar el equilibrio y la felicidad.
Vivimos todavía en una sociedad humana a nivel mundial en la que los ciclos los han marcado los hombres. Las "cosas" de mujer se esconden. Cada vez menos, es verdad, pero aún queda mucho que educar y evolucionar. Ese actuar tan por libre de la masa masculina, marcando los tiempos, momentos, ciclos... mientras la mujer actuaba desde la sombra adapatándose a esa acción yang como mejor ha sabido, nos ha llevado a un desasosiego tan grande en la parte yin que queremos desaparecer: "si nuestras vidas no valen, produzcan sin nosotras". Producir, hasta en el sentido de que den a luz ellos.
Es muy difícil educar a quien se cree en la sabiduría total. Es muy difícil educar a quien sólo mira para lo que a él le va bien, aunque de cuando en vez piense en la que está a su lado. Digamos que es afinar la cuerda sólo cuando quiero tocarla, y que suene bien sin preocuparme de que de no tocarla ni afinarla cuando ella lo necesita, acaba por oxidarse y no querer ni ser afinada ni tocada.
Cuando la mujer llega a la menopausia son muchos los casos en que ya no dejan que el yang que tienen al lado las toque. Como los estudios generalizados son que es normal, porque en la menopausia pasa esto, pues ellas se aferran a eso y ellos lo asumen como natural. Pero no es así para nada. La menopausia en un cambio. Generalmente las mujeres mandan señales más que evidentes de que están en proceso de cambio, que están mál afinadas y mal tocadas, que a esas alturas de la vida ya se le exige al que está al lado que haga un acoplamiento real y total porque la necesidad de estar afinada y sonar su melodía se hace imperiosa. Y si no se hace así es mejor que ni te afinen ni te toquen. Es como empeñarse en regar la planta que ya se ha muerto porque durante mucho tiempo los cuidados que le hemos dado han sido mediocres y tampoco hemos sabido reaccionar cuando ya daba señales evidentes de querer morirse.
Por eso, insisto, es fundamental que sea la parte yang la que se adapte a la yin. Porque los cambios naturales de las yin van marcando el camino para una buena armonía de ambos. Y vuelvo a repetir, quien entienda y aplique ésto alcanzará el equilibrio y la felicidad.
Aviso a las yin: están tan superadas por el yang que la mayoría sólo quiere ser como ellos y una igualdad que no acaban de ver cual es realmente. Primero limpieza personal, un buen autoconcimiento y después no rendirse, esperando el despertar de los yang cuando vean que la parte yin ha empezado a afinarse y tocarse sola, aunque eso no produzca la misma melodía que si es a duo.