domingo, 10 de marzo de 2013

¿Y SI EL DÍA YA HABÍA LLEGADO....?

De repente tuvo la sensación de haber visto la luz. Todo aquello que la sumía en la oscuridad por no poder disfrutarlo, le resultó lejano.
No  parecía haber perdido nada; al contrario, más bien había ganado claridad, serenidad y sobre todo, paz interior. Lo que creía tener, en realidad estaba anclado en pies de barro y con el tiempo se habría desmoronado; ahora pensaba que las cosas se habían precipitado para no hacerle perder más su tiempo: el camino que seguía, no siendo malo, a la larga no sería el adecuado para ella.
Sin embargo tenía que esperar a asentar esa sensación. Estaba en un momento de su vida en el que los ciclos se acortaban y las cosas iban a demasiada velocidad; todo era raro.
Se sentía con fuerzas para escuchar aquello que antes la dañaba y para contemplar como espectadora el espectáculo del que hasta no hacía mucho, formaba parte. Lo que no quería de ninguna manera era pasar a ser figurante, como tantos otros antes que ella; sí, no era la única en esta aventura; la diferencia estaba en cómo pensaba ella pasar por la misma situación. Pero esa ya es otra historia...

jueves, 7 de marzo de 2013

Y SI UN DÍA...

La culpa era suya, estaba claro. El no pronunciarse, el escuchar sin rechistar, el no manifestar ni la más mínima emoción, permitía a los demás hacer y decir todo lo que quisieran; daba igual que ella no quisiese saber determinadas cosas... daba igual porque tampoco nadie concocía sus sentimientos.
Ese no querer saber no era por un simple vivir en la ignorancia, era supervivencia emocional. Cuanto menos supiese de determinados temas, menos sufríría por lo que ya no podía disfrutar.
A veces lo veía como un ciclo que algún día terminaría para volver otra vez al principio; otras lo veía como un final de etapa que no se repetiría más.
Pero el ahora era que algo se había detenido, porque así el resto vivía más feliz. Eso le agradaba, verlos felices, pero deseaba que dejaran de recordarle que ya no formaba parte de aquel mundo. Que hagan lo que quieran, pero si ya no estaba ella allí, ¿para qué hablar del tema? Además le resultaba insultante que lo que antes ella no podía comentar porque aburría, ahora tenía que ser tema de conversación. ¿Cuando era ella la que quería hablar acaso no era lo mismo? Ahora sí que ya no era lo mismo...