jueves, 15 de enero de 2015

EL RINCÓN DE ANSEMIL

Al noveno día de comenzar el año 2015 allá nos fuimos nueve intrépidos humanos a buscar el sol en algún rincón de la provincia de Orense. Y lo encontramos, a fe que sí, y nos iluminó todo ese fin de semana.
El rincón elegido fue Ansemil. Para ser más exactos, su rectoral; esas casas de curas que te hacen sentir que allí se esconden muchas historias y quizá algún que otro pecado, lo cual aviva el misterio de estos lugares.
Tuvimos tiempo de conocernos gracias al amigo invisible y los juegos que el Maestro fue guiando. Risas y alegría no faltaron. Hasta tuvimos la coronación de una discípula, que muy seguro se sentirá llena de orgullo por recibir tal honor.
Pudimos taichinear todo lo que nos dio la gana: en la casa, en el campamento romano de Bande. En este último hasta los más osados desnudaron sus cuerpos y se pusieron a remojo; es una gozada, lo sé.
Disfrutamos de comidas, de más taichi; otros de excursiones imporvisadas... éramos un grupo y al mismo tiempo éramos libres.
Hicimos la queimada tan de la tierra, en condiciones, no en plan macedonia; pócima que es todo un ritual por la paciencia que hay que tener para prepararla y dejarla quemar bien.
Dos cumpleañeros tuvimos, con sus tartas, sus velas, sus sorpresas y todo nuestro cariño. Lo dije: en estos cumpleaños se regalan sensaciones, espero haber acertado, porque es lo que le prometí a mi mami, que era una de las cumpleañeras. Las sensaciones no se pueden guardar en un cajón, ni colgar en un armario, pero algo mueven que te hacen irte de otra forma.
La presencia del Maestro y los instructores de 5taichi8 fue el alma de la convivencia. El objetivo era taichinear, prepararnos, y se ha cumplido con creces. El Maestro sorprende por su naturalidad, una naturalidad que no es improvisada, porque es lo que tiene ser Maestro, ya vas por delante de los demás. Tal es su magnetismo que hasta al más incrédulo del grupo consiguió convertir; porque hace taichi, no impone taichi. El muchacho se nota que le ha cogido mucho cariño al Maestro, espero que no me obligue a presentar las pruebas.
Momentos únicos e irrepetibles como el de este fin de semana solo se pueden describir muy por encima. Los detalles son de los protagonistas. 
Que juguéis mucho a ser felices.



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