ENTRENANDO ABANICO
Soplaba un ligero "airiño" de esos tan de la tierra, mejor dicho del océano y el abanico quería tener vida propia dejándose llevar. Con el Atlántico de testigo, Maestro y discípula entrenando en una hermosa playa de las costas gallegas en un mes de marzo.
Forma de 36 de M. Yang Li.
M. Mariano Uceda con Monse.
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