martes, 17 de octubre de 2017

LA POLÍTICA DESDE MI VENTANA




Contemplando el panorama político que me ha tocado vivir entiendo ya casi como un deber de Hada el opinar sobre lo que veo desde mi perspectiva... cosa que además hace todo el mundo y no siempre porque lo piensen realmente o lo vean así, simplemente porque interesa, por poder y por dinero.
Planteo lo siguiente como opción para una convivencia real y pacífica que permita construir un estado de bienestar auténtico y no meramente soñado como ahora. Y hablo de AHORA, del momento histórico que me ha tocado vivir a comienzos del siglo XXI con esta desafección tan grande que se está produciendo hacia la política y sus representantes.

Para empezar hay que dejar gobernar a la derecha sin una mayoría en el Congreso. Esto a muchos les va a parecer ya un motivo para no seguir leyendo, pero tiene una explicación mirando desde mi ventana. 
La derecha en la oposición es puro veneno. Muchos de los males actuales del país se deben a semillas que ellos han plantado en el pasado. La izquierda empezó a hacer lo propio y por eso desde mi ventana veo que hay que parar eso de alguna manera. Y no voy a entrar en que la izquierda tambíén ha traído males, porque aunque ya sé que es así, la importancia de esta distribución para mí tiene una explicación clara.
La izquierda debe de empezar a considerar tan digno estar en la oposición como en el gobierno, porque encima se les paga para eso. Oposición no es decir a todo "no" por sistema e incordiar para desgastar al gobierno, Es construir juntos, diciendo "si" cuando corresponde y "no" cuando no.
¿Por qué no pienso lo mismo siendo la izquierda la que gobierne? Porque en este país tenemos un mal que lleva mucho tiempo con nosotros y aún no veo desde mi ventana como erradicarlo. Ese mal es que el electorado de derechas es fiel hasta con sus propios delincuentes políticos. El electorado de izquierdas no; si lo hacen bien y se portan bien, se les vota y si lo hacen mal y se portan mal, no.
Cuando la derecha está en la oposición moviliza de tal manera a ese electorado fiel, da igual si tienen razón o no, si dicen cosas constructivas o no, que allá se lanzan "todos a una" a defender lo que sea. Eso genera tal desestabilidad que no hay gobierno que lo resista.
Al electorado de izquierdas, no sé por qué ni lo voy a analizar ahora, le cuesta movilizarse y unirse incluso ante una causa justa; para cuanto más si se le plantea algo que ve dudoso.
Hay que aprovechar las virtudes que tiene cada ideología y sus respectivos seguidores.
TODOS, GOBIERNO Y OPOSICIÓN, DEBEN SACAR ADELANTE UN PAÍS.
A la oposición no la ponen los votantes para que esté en la retaguardia de una posible victoria electoral; la ponen para gobernar también desde el puesto que legitimamente le corresponde porque TAMBIÉN LES HAN VOTADO.
Por eso apelo a la flexibilidad de la izquierda para crear un estado que sea realmente social, democrático, con sus respectivos autogobiernos autonómicos etc etc etc. Todo eso que ayuda a la prosperidad de un país y a una sana convivencia.
Es también muy importante, pero muy importante, no dejar gobernar a la derecha con mayoría. Como la tendencia actual es no dar mayorías, no les ha quedado otra que aprender a entenderse con los demás (les ha costado un huevo y aún falta mucho, pero hay esperanza al respecto). Y el aliciente no puede ser "lo hago porque así después saco la mayoría y hago lo que me place" que es lo que buscan realmente. El aliciente es para la oposición, que tiene el poder de obligar al partido del gobierno a que se hagan bien las cosas.
La izquierda puede sentirse muy, pero que muy digna por ser el muro de contención a una derecha que con frecuencia tiene delirios de grandeza.

Sé que para entender esta perspectiva hay que tener la mente muy abierta o ser mujer, que son los dos casos en que se puede ver lo importante que es ser el apoyo, la red y el muro de contención desde el segundo plano, para que aquello más aparente que todos ven, funcione bien y de forma equilibrada.

Cuando la izquierda sepa remar unida y la derecha deje de tener complejo de superioridad, la perspectiva desde mi ventana seguro que será otra.

Mi ventana y yo (Benita Míllara)

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