domingo, 21 de diciembre de 2014

Y ME HAGO MAYOR




Tengo aún cuerpo de niñ@, me sigue gustando jugar con muñecas y coches, busco los mimos de papi y de mami… pero mi cuerpo cambia, me apetece hacer cosas de mayores como probar una maquinilla de afeitar o ponerme los tacones de mamá… me siento rar@.
La verdad es que a los papis nos cuesta más que a vosotros asumir esos cambios, porque dejáis de ser esos niñitos que nos adoraban para empezar a cuestionarnos y querer más independencia y a veces estar insoportables.
Pero también es verdad que los adultos somos nosotros, que también hemos pasado por ello y debemos buscar la manera de que esos cambios sean simplemente cambios y no un enfrentamiento constante entre vosotros y nosotros.
Contarle a papá o a mamá de forma sincera lo que sea que queráis contar, es muy bueno y a nosotros nos ayuda mucho. El debate, el diálogo, el compartir ideas y pensamientos hace que nosotros entendamos vuestro cambio particular y a vosotros os libera de la presión de tener que soportarlo solos.
Si los papis andan muy ocupados porque lo de trabajar es algo que hoy en día hay que tomarlo como una bendición, no os sintáis abandonados porque no lo estáis; sólo que hay que encontrar el momento. Es bueno escribir las cosas y cuando surja el momento adecuado sacarlas a la luz. Ir guardándolas hasta que la pelota se hace tan grande que después no hay manera de detenerla es muy mala idea.
Así también nos enseñáis a nosotros cómo se hacen bien las cosas.

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